Este proyecto fue concebido como el hogar definitivo para quienes lo habitan. A partir de los planos existentes, se diseñó una ambientación integral —interior y exterior— que refleja su manera única de vivir y sentir.
El proceso fue un diálogo constante entre la estética, la funcionalidad y la esencia de sus habitantes. Cada decisión tomó forma desde la sensibilidad, creando espacios que abrazan lo cotidiano con calidez. Así, el interior se funde con el jardín, y cada ventana se convierte en un cuadro vivo, que cambia con las estaciones y acompaña el paso del tiempo con belleza y naturalidad.
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