La propuesta consistió en la intervención de una vivienda con más de 120 años de antigüedad, cuyo estilo original conservaba una fuerte impronta de época. El objetivo fue modernizar sus espacios sin perder la esencia arquitectónica, logrando ambientes más funcionales, cómodos y acordes a la personalidad del cliente.
La remodelación fue cuidadosamente pensada para mantener el carácter histórico de la vivienda, pero adaptándola a una forma de habitar actual, práctica y sensible. El contraste entre el antes y el después habla por sí solo. La transformación logró poner en valor la historia de la vivienda, integrando elementos contemporáneos que enriquecen su carácter y mejoran la calidad de vida de quienes la habitan.
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